Descubre la importante labor de los animales en el corredor biológico de nuestro campo orgánico y su inmensa diversidad.
Si algún día visitas un campo orgánico, pero orgánico de verdad, de seguro te vas a encontrar con más de alguna gallina, ganso, perro u oveja, entre otros animales, dependiendo de la estación del año. Y no es que a los trabajadores les guste llevar mascotas al trabajo, sino que estos animales son parte esencial del ecosistema orgánico.
Por ejemplo, las gallinas disfrutan de comer larvas de Naupactus Xanthographus, también conocidos como “burritos de los frutales”. Este simple acto las transforma en extraordinarias controladoras de plagas. Pero eso no es todo, una vez que terminan su nutritivo almuerzo, las gallinas sienten el llamado de la naturaleza y, claro, fertilizan la tierra.
En la época de invierno, grupos de ovejas son invitadas a dar paseos por el campo orgánico para que puedan alimentarse libremente de hierbas, pastos o malezas. Al final del día, se transforman en excelentes jardineras y fuentes de abono natural.
Otra de las estrellas del campo es la “Chinita”, pues más allá de su apariencia colorida y alegre, este pequeño bichito es un depredador de pulgones, con la capacidad de devorar hasta 8.000 de estos insectos a lo largo de su vida. Honestamente, las amamos.
La importancia de estos animales en los campos orgánicos es vital, tanto para trabajadores como para las frutas que se cosechan, pues su ayuda en el cuidado de la tierra, es la que evita el uso de pesticidas y fertilizantes artificiales. Sin duda, un noble aporte a la agricultura.